Según el Código penal francés "Cuando la
integridad territorial de un país está
amenazada, la deslealtad hacia el país, su jefe
de Estado, su gobierno o sus instituciones
merece la calificación de alta traición y de
delito. Este delito se asocia a menudo con el de
inteligencia con el enemigo".
Actualmente, más allá de la "integridad
territorial", la existencia de nuestro Estado
está amenazada. La espada de Damocles que pende
sobre la cabeza de Armenia nos obliga a dejar de
lado cualquier diferencia, movilizar todos
nuestros recursos y ponerlos a disposición de la
patria.